La ventana y el espejo: el líder de empresa que hace la diferencia
Investigando un poco en la Internet, me encontré este articulo...me parece muy interesante, se los comparto.
Cada
vez que observamos los resultados de una empresa extraordinaria y nos
cuestionamos sobre qué es lo que hace que un negocio funcione de esta forma,
solemos atribuir esto a la persona que lo dirige y pensamos que el líder es la
causa de todo. Sin embargo, ¿porqué no todas las empresas que tienen un líder
capaz logran obtener este tipo de resultados?, ¿qué es lo que hace el líder de
la empresa exitosa que los demás no están haciendo?
Jim
Collins, coautor de “Empresas que perduran”, ha publicado un nuevo libro
titulado “Good to Great”. En esta obra, Jim Collins reporta los
hallazgos de su investigación de 5 años sobre empresas que han pasado, de
alguna forma, de ser buenas empresas a extraordinarias, con resultados
económicos que permitieron a sus inversionistas tener ganancias de hasta 7
veces las obtenidas por las empresas promedio en los Estados Unidos. Los
conceptos que encontramos consideramos serán aplicables a todo tipo de empresa,
sin importar el giro ni tamaño.
Uno de los factores
que Collins encontró en su investigación es que todas las empresas que
obtuvieron estos resultados, pasando de ser empresas promedio a empresas
sobresalientes, contaban en el momento de esa transición con directores
generales que tenían ciertas características en común, características que no
se encontraron en los directores de las empresas que permanecieron siendo sólo
buenas.
Dos son las
características de los líderes que hicieron posible ese brinco en las empresas
estudiadas. Estas personas incorporan una mezcla paradójica de humildad
personal y una voluntad profesional férrea; están lejos de ser los líderes
carismáticos que muchos aspirantes a directores de empresa quisieran ser; son
personas ambiciosas, pero no para intereses personales, sino para los intereses
de su empresa; son modestos y obstinados, humildes y audaces.
Este tipo de líder
que transforma un negocio es de las personas que buscan que la empresa sea
mucho más exitosa en la siguiente generación, y no les molesta la idea de que
con el paso del tiempo nadie sepa que el éxito de que disfruta esa compañía viene
de su esfuerzo personal. Otro tipo de líderes buscan que sus sucesores
fracasen, ya que eso alimentaría su ego.
Durante las entrevistas que Jim Collins y su equipo
sostuvieron con los directores de estas empresas sobresalientes,
sistemáticamente encontraron que ellos hablaban de su compañía y de lo que
otros ejecutivos habían contribuido, desviando la conversación de lo que
personalmente habían hecho: “No considero que yo tenga el crédito de esto,
realmente fue una bendición el que contáramos con gente maravillosa en nuestra
empresa”. Nunca desearon convertirse en grandes héroes, eran gente ordinaria
que silenciosamente obtenía resultados extraordinarios.
Pocos conocen la historia de Lee Iacocca después de
salvar a Chrysler de la catástrofe. Jim Collins nos cuenta cómo acabó todo
esto. Iacocca desvió su atención a convertirse a sí mismo en uno de los más
célebres directores de empresa en la historia de los negocios en Estados
Unidos. Aparecía en los programas de televisión más renombrados y en comerciales,
y hasta alentó la idea de convertirse en presidente de ese país: “Dirigir
Chrysler ha sido un trabajo más grande que dirigir la nación…yo podría manejar
la economía nacional en seis meses”.
En la segunda parte de su periodo en esa empresa,
el valor de sus acciones cayó un 31% más abajo que el valor del mercado
general. No quiso dejar a tiempo su puesto, y cuando finalmente lo hizo,
demandó que se le entregara un jet privado y opciones accionarias. Poco después
de salir intentó junto con otros inversionistas tomar hostilmente la compañía,
fracasando en su intento. Finalmente, la compañía se debilitó tanto que fue
adquirida por Daimler-Benz. El carisma de Iacocca no fue suficiente para crear
una empresa con éxito sostenible.
Además de ser humildes, los líderes de empresas que
son exitosas en el largo plazo están infectados por una necesidad incurable de
producir resultados. Si están en empresas familiares, son personas capaces de
ir en contra de tradiciones familiares y de los mismos miembros de la familia si
éstos no están capacitados para convertirse en los mejores ejecutivos en su
industria. Este tipo de líderes, nos dice Jim Collins, tienen una ventana por
la que se asoman para buscar a quién dar crédito por el éxito, y tienen un
espejo por el que, si las cosas van mal, buscan a quién asignar la
responsabilidad.
Artículo
publicado en el periódico El Asesor
Mauricio Eduardo Álvarez Martínez es director del
Centro de Empresas Familiares de la UDEM, miembro del Consejo del Family
Firm Institute, en Boston y empresario familiar.
Correo electrónico: malvarez@udem.edu.mx
Correo electrónico: malvarez@udem.edu.mx
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